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Estructuras Martech

Arquitecturas Martech

marzo 29, 2025
13 minutos de lectura

Marketing y tecnología van de la mano desde hace ya más de una década y en la actualidad cualquier equipo de comunicación tiene en su proceso de trabajo una necesidad latente de implementar tecnologías de algún tipo. No obstante en toda mi carrera profesional he notado que esta necesidad tiende a tener dos grandes problemas; por una parte los equipos de comunicación suelen confundir necesidades de negocio con necesidades tecnológicas, llevándolos a contratar tecnologías que en casos concretos no son necesarias (por ejemplo, contratar un CDP cuando no tienen necesidades de First Party Data extendidas en sus planes de activación). Y por otra parte existe una carencia técnica generalizada, llevando a los equipos a subutilizar las tecnologías que han contratado.

Esta realidad de negocio me ha llevado a redactar este artículo, cuyo objetivo es simplificar la visión apropiada de lo que debería ser una arquitectura martech/adtech dentro de una compañía.

Creo firmemente que, más allá del entusiasmo por adoptar nuevas soluciones tecnológicas, es imprescindible que las organizaciones se detengan a reflexionar sobre el verdadero rol de la tecnología dentro de sus estrategias de marketing. La tecnología no es un fin en sí mismo, sino un habilitador. Y como todo habilitador, su valor radica en qué tan alineado está con los objetivos estratégicos, la madurez organizacional y la capacidad operativa de los equipos.

He visto cómo muchas compañías caen en la trampa de la promesa tecnológica: plataformas que aseguran resolverlo todo, integraciones mágicas, automatización sin fricciones. Pero en la práctica, los resultados distan mucho de esas promesas si no existe una comprensión profunda de los procesos, una visión clara de los objetivos, y sobre todo, una estructura que conecte personas, datos y tecnología de manera coherente.

Por eso, esta reflexión no solo busca ordenar conceptos técnicos, sino también ofrecer un marco de pensamiento que ayude a tomar decisiones más inteligentes, más humanas y más sostenibles a la hora de construir arquitecturas tecnológicas orientadas al marketing.

¿Qué es una «Arquitectura Martech»?

Una arquitectura martech es el conjunto estructurado de tecnologías y plataformas que una organización utiliza para planificar, ejecutar, medir y optimizar sus actividades de marketing. Esta arquitectura debe estar alineada con los objetivos estratégicos de la empresa, responder a las necesidades reales del negocio, y facilitar la colaboración entre equipos.

Más allá de una simple lista de herramientas, una arquitectura martech debe pensarse como un sistema donde cada tecnología cumple un propósito específico, y donde los flujos de datos, las automatizaciones y las activaciones están diseñadas para generar valor de forma continua.

Una arquitectura bien diseñada suele responder a preguntas clave como:

  • ¿Cómo captamos datos de usuarios? (por ejemplo, a través de formularios, navegación web, anuncios en Google, etc.)
  • ¿Dónde almacenamos y unificamos esos datos? (Data Warehouse, CDP, Datalake)
  • ¿Cómo segmentamos y analizamos audiencias? (plataformas de BI, herramientas de analítica, modelos de machine learning)
  • ¿Cómo activamos esas audiencias en canales de marketing? (plataformas de email, paid media, personalización onsite, etc.)
  • ¿Qué mecanismos de control y gobierno tenemos sobre la calidad y la privacidad de los datos?

Una arquitectura martech no es estática: evoluciona con el negocio, con la regulación, y con los cambios en el comportamiento del consumidor. Pero si hay algo que nunca debe perder es su coherencia interna y su orientación a resultados. Todo esto es con el fin de que la contratación e implementación de distintas tecnologías tenga un ROI positivo.

Principales tecnologías de marketing existentes

Según el último Marketing Technology Landscape, hay más de 14.000 tecnologías de marketing existentes con una tasa de crecimiento interanual de casi el 30%. En este panorama es fácil encontrar cientos de herramientas que responden tanto a necesidades generales (como un CRM) como a nichos muy específicos (como generadores de contenido con IA o herramientas de podcasts).

Para tener una visión clara y orientada a negocio, es importante agrupar estas tecnologías en grandes categorías funcionales. Estas no solo permiten entender «qué hace cada herramienta», sino también «para qué sirve» dentro del ciclo de valor del marketing, y cómo contribuye a objetivos estratégicos como generación de demanda, fidelización, eficiencia operativa o monetización de datos.

A continuación, se presenta una tabla que resume las principales categorías, con sus descripciones, proveedores más representativos y subtipos habituales:

CategoríaDescripciónPrincipales ProveedoresSubtipos
CRMGestión de relaciones con clientes. Centraliza datos y coordina ventas, marketing y servicio.Salesforce, Oracle CX, Microsoft Dynamics 365, HubSpot, Zoho, PipedriveOperacional, Analítico
Automatización de Marketing (MAP)Diseño y ejecución automatizada de campañas multicanal con segmentación y lead scoring.Salesforce Pardot, Oracle Eloqua, Adobe Marketo, HubSpot, Mailchimp, Zoho CampaignsEmail marketing, Orquestación de viajes del cliente
Plataformas de Datos del Cliente (CDP)Unifican datos de clientes de múltiples fuentes para crear perfiles únicos y activables.Salesforce Data Cloud, Adobe CDP, Segment, Tealium, BlueConic, RudderStackCDP Analítica, CDP de Activación, CDP Composable
CMS y DXPGestión de contenido digital y personalización de experiencias web/móvil.Adobe Experience Manager, Optimizely, Acquia, Sitecore, WordPress, ContentfulCMS tradicional, Headless CMS, Plataformas DXP
AdTech (Publicidad Digital)Herramientas para compra, gestión y medición de publicidad online.Google Ads, Meta Ads, DV360, The Trade Desk, Adobe Advertising CloudBúsqueda, Social, Programática, Medición y Atribución
Gestión de Redes SocialesPublicación, monitoreo y análisis de contenido en redes sociales.Sprinklr, Hootsuite, Sprout Social, Buffer, Later, BrandwatchPublicación, Escucha Social, Atención al Cliente, Influencers
Analítica de MarketingMide rendimiento de campañas y comportamientos del cliente.Google Analytics, Adobe Analytics, Tableau, Power BI, Mixpanel, LookerWeb/App, Atribución, BI y Dashboards
MRM y DAMGestión de recursos, proyectos y activos digitales de marketing.Aprimo, Uptempo, Wrike, Monday.com, Bynder, ClickUpGestión de Proyectos, Suites MRM, Repositorios DAM
Tecnologías EmergentesNuevas herramientas y tendencias con alto potencial.Jasper, Copy.ai, Drift, Intercom, Upfluence, SparkToro, Infosum, HabuGenAI, Chatbots, Influencers, Clean Rooms, CMPs

Estructura Core: punto de partida para cualquier arquitectura

La «estructura Core» representa el punto de partida esencial para cualquier organización que desee establecer una base tecnológica sólida en su estrategia de marketing. Esta estructura está compuesta por un conjunto mínimo de herramientas que permiten gestionar las relaciones con los clientes, automatizar campañas básicas, publicar y administrar contenido digital, y medir el rendimiento de las acciones realizadas.

Los componentes imprescindibles de esta estructura incluyen un CRM, necesario para centralizar los datos de contacto y las interacciones con clientes, así como para facilitar la coordinación con los equipos de ventas. También se requiere una plataforma de automatización de marketing (MAP), que permite orquestar campañas multicanal, gestionar el lead nurturing y realizar segmentaciones básicas. A esto se suma un CMS, responsable de administrar el contenido digital del sitio web y mantener una experiencia de usuario coherente. Finalmente, las herramientas de analítica web, como Google Analytics, permiten hacer seguimiento del comportamiento de los usuarios, medir la conversión y ajustar las estrategias en tiempo real.

En algunos casos, puede ser útil complementar esta base con una herramienta de gestión de redes sociales, especialmente para aquellas marcas que tienen una fuerte presencia orgánica o atención al cliente a través de estos canales. Aunque no es imprescindible, aporta eficiencia operativa y mejor coordinación de contenidos.

Esta configuración básica habilita varios procesos clave: la captura y gestión de leads, la publicación continua de contenido, la automatización de envíos y comunicaciones, la medición de resultados y la conexión entre los equipos de marketing y ventas. Además, al estar integrada, permite tener una visión unificada del cliente y comenzar a construir un ecosistema de datos con sentido de negocio.

Una estructura Core funcional debe contar con integraciones que permitan el intercambio básico de datos, la capacidad de activar campañas de forma efectiva, visibilidad clara sobre los puntos de contacto con el cliente y un mínimo alineamiento entre lo que se mide y los objetivos de la empresa.

Para que esta base tenga éxito, es fundamental establecer buenas prácticas desde el inicio. Esto incluye priorizar la calidad y gobernanza del dato, construir procesos simples pero escalables, formar adecuadamente a los equipos y evitar la acumulación de herramientas no integradas. También conviene evitar errores frecuentes como seleccionar tecnologías solo por su prestigio, automatizar sin segmentación clara o no definir responsables claros para cada herramienta.

Un ejemplo sencillo de esta estructura en una pyme B2B podría ser: HubSpot como CRM, Mailchimp como MAP, WordPress como CMS, y Google Analytics con Looker Studio como sistema de análisis. En este escenario, se cuenta con todo lo necesario para capturar datos, ejecutar campañas, medir resultados y escalar progresivamente hacia arquitecturas más avanzadas conforme evoluciona la madurez digital de la organización.

Estructura Lean: sofisticación funcional sin complejidad excesiva

La arquitectura Lean representa una evolución natural desde la estructura Core. Está pensada para organizaciones pequeñas o medianas que ya cuentan con una base digital sólida y desean incrementar su capacidad de activación sin comprometer su agilidad operativa. El foco aquí está en extender las funcionalidades básicas mediante herramientas que optimizan, automatizan o escalan procesos clave.

En esta estructura, se mantienen como esenciales el CRM, el CMS y las herramientas de analítica. A ellos se suman dos elementos que adquieren especial relevancia: por un lado, la gestión activa de redes sociales, que pasa a ser un componente requerido dada su importancia tanto en generación de comunidad como en atención al cliente. Por otro lado, la incorporación de herramientas de automatización más allá del marketing, que permiten crear flujos transversales entre distintos sistemas, mejorar la eficiencia de procesos internos y resolver cuellos de botella operativos. Esta es una de las grandes novedades respecto a la arquitectura Core.

Adicionalmente, se consideran tres componentes opcionales que las empresas pueden incorporar según su nivel de madurez o su enfoque táctico: las plataformas de automatización de marketing (MAP), que pueden integrarse o ser reemplazadas por funciones avanzadas del CRM; las herramientas Adtech, recomendadas solo cuando existe una inversión relevante en paid media; y las plataformas de A/B testing, útiles para optimizar activos digitales y aumentar tasas de conversión a partir de datos reales.

En términos de procesos, esta arquitectura habilita activaciones más segmentadas y eficientes, mejora la capacidad de respuesta en canales digitales, permite escalar la personalización y facilita una integración operativa más robusta entre equipos. También marca el paso hacia una cultura más basada en experimentación y en decisiones guiadas por datos.

El coste y la dificultad técnica aumentan levemente respecto a la estructura Core, pero lo hacen de forma proporcional al salto en capacidades. La arquitectura Lean es, por tanto, ideal para empresas que quieren crecer sin caer en una complejidad innecesaria. Su enfoque modular y progresivo permite seguir escalando hacia modelos más avanzados en el futuro, como estructuras orientadas a personalización, monetización o data-driven marketing a gran escala.

Estructura Big Five: inteligencia y escalabilidad basada en datos

La arquitectura Big Five representa una configuración avanzada, diseñada para organizaciones con una operación de marketing robusta y una clara orientación a datos. Es especialmente adecuada para empresas medianas y grandes que necesitan mayor capacidad analítica, coordinación multicanal y automatización profunda para escalar sus operaciones.

En este modelo, el CRM se mantiene como el centro operativo de la arquitectura, desde donde se orquestan campañas y se consolida la visión del cliente. El CMS sigue siendo clave como sistema de gestión de contenido y pilar de la experiencia digital, mientras que herramientas de analítica web continúan siendo indispensables para capturar el comportamiento de usuarios.

A esta base se suman dos bloques fundamentales que distinguen esta arquitectura: por un lado, el componente de Business Intelligence (BI), que permite un análisis más profundo del rendimiento comercial y de marketing, construcción de dashboards avanzados y toma de decisiones basada en datos estructurados. Por otro lado, se incorporan sistemas DAM (Digital Asset Management), que ayudan a organizar, versionar y distribuir los activos creativos de manera eficiente, especialmente útil en organizaciones con múltiples equipos, canales o campañas simultáneas.

La automatización, en este contexto, se consolida como imprescindible. Las herramientas de automatización ya no solo resuelven procesos operativos simples, sino que permiten conectar sistemas, automatizar flujos complejos y garantizar escalabilidad operativa. A esto se suma la presencia obligatoria de plataformas MAP, necesarias para activar journeys multicanal, gestionar el lead scoring y ejecutar estrategias sofisticadas de nutrición.

En cuanto a los canales, la gestión activa de redes sociales se convierte en un componente obligatorio, dada su relevancia en atención al cliente, engagement y coordinación con campañas pagadas. El A/B Testing sigue siendo una herramienta opcional, pero estratégica, especialmente útil cuando se gestionan múltiples activos digitales y se busca optimización constante.

El caso del CDP es particular. Aunque aparece como un componente opcional, en realidad sus funcionalidades son muy recomendables. No todas las empresas necesitan una plataforma dedicada para unificar datos de cliente, y en ciertos contextos se pueden cubrir estas funciones mediante configuraciones más ligeras o adaptadas con CRM, MAPs o incluso data warehouses. Por eso su inclusión es flexible: no porque se pueda prescindir del valor que aporta, sino porque existen caminos alternativos para resolverlo en función del grado de madurez y la arquitectura técnica de cada compañía.

Finalmente, las herramientas Adtech aparecen como opcionales, pensadas para empresas que invierten activamente en paid media y requieren optimización avanzada de campañas.

Esta arquitectura implica mayor complejidad e inversión, pero también permite escalar con coherencia, eficiencia y control. Se trata de una configuración completa, que convierte los datos en un verdadero motor de crecimiento y permite coordinar estrategias a gran escala desde una base tecnológica sólida y bien conectada.

Estructura Complex: ecosistema enriquecido y altamente especializado

La arquitectura Complex representa el punto más alto de sofisticación en una estrategia martech. Se trata de un ecosistema tecnológico completo, enriquecido con capas adicionales de automatización, inteligencia artificial, especialización vertical y control operativo. Está diseñado para grandes organizaciones que disponen de equipos técnicos consolidados, con la capacidad y el presupuesto necesarios para mantener una operación tecnológica compleja y de alto rendimiento.

En esta configuración, todos los componentes que en otras estructuras eran opcionales se vuelven esenciales. Esto incluye herramientas como DAM, CDP, MAP, CRM, CMS, BI, analítica web, Adtech, A/B Testing, gestión de redes sociales, automatización avanzada y ticketing. Cada uno de estos sistemas no solo cumple una función puntual, sino que se integra como parte de una arquitectura interconectada y alineada con objetivos de negocio ambiciosos.

Una de las grandes novedades de esta estructura es la incorporación de herramientas orientadas al soporte y escalado de funciones específicas: los aceleradores. Por un lado, encontramos los AI Accelerators, que incluyen tecnologías de inteligencia artificial generativa aplicadas a la producción de contenidos, personalización, análisis predictivo o clasificación automática. Plataformas como Jasper, Midjourney u OpenAI permiten generar textos, imágenes o insights en tiempo real, potenciando la eficiencia creativa.

Por otro lado, los Industry Accelerators permiten adaptar la arquitectura a las necesidades de sectores concretos o modelos de negocio particulares, como ABM, loyalty, ecommerce o journeys altamente regulados. También se incorporan los Sales Accelerators, que habilitan flujos de venta avanzados como referidos, marketplaces o plataformas de afiliación, con herramientas como PartnerStack, Voluum o Intergrowth.

Esta estructura está pensada para organizaciones que buscan operar con una visión 360º del cliente, ejecutar campañas omnicanal personalizadas, medir en profundidad cada interacción, y escalar a través de automatismos, datos y modelos de inteligencia aplicada. A nivel operativo, requiere de una gobernanza madura, procesos bien definidos, fuerte coordinación entre equipos (marketing, data, tecnología y negocio) y una cultura digital consolidada.

El coste operativo es elevado, así como la dificultad técnica, pero también lo son las capacidades estratégicas que ofrece. Esta arquitectura convierte al marketing no solo en un área funcional, sino en un motor de crecimiento inteligente, integrado con toda la compañía y con impacto real en los resultados del negocio.

Estructura Full Stack: unificación total con uno o pocos vendors

La arquitectura Full Stack representa una estrategia centrada en la consolidación total de funciones martech dentro de uno o muy pocos proveedores tecnológicos. En lugar de construir una arquitectura modular a partir de herramientas especializadas e integraciones entre ellas, esta propuesta apuesta por suites completas que ya ofrecen todas (o casi todas) las capacidades necesarias para planificar, ejecutar, medir y optimizar el marketing de forma integrada.

Dos ejemplos típicos de este enfoque son Adobe y Salesforce. En el caso de Adobe, su ecosistema incluye soluciones para CDP, DAM, CMS, Adtech, Automatización, Analítica, Social y A/B Testing. Salesforce, por su parte, ofrece soluciones de CRM, Ticketing, MAP y BI. Este tipo de configuración permite operar de forma centralizada, con flujos de datos nativos y una experiencia tecnológica más homogénea para los equipos de marketing, ventas y atención al cliente.

Las principales ventajas de esta arquitectura radican en la simplicidad operativa y la eficiencia técnica. Al reducir el número de integraciones necesarias, se minimizan los puntos de fricción, se facilita el mantenimiento y se mejora la fiabilidad general del ecosistema. Además, el soporte y la seguridad tienden a ser más sólidos, gracias a la infraestructura robusta de los grandes vendors.

Sin embargo, esta estrategia también implica una alta dependencia. Las decisiones estratégicas, los costes de licencia y las limitaciones funcionales están condicionadas al roadmap del proveedor principal. La flexibilidad para incorporar nuevas tecnologías de terceros o adaptar el stack a necesidades muy específicas puede verse limitada. Por tanto, es fundamental contar con poder de negociación y una evaluación clara del coste total de propiedad (TCO) antes de optar por este enfoque.

La arquitectura Full Stack es ideal para grandes organizaciones con estructuras centralizadas, una fuerte cultura de procesos estandarizados y la necesidad de reducir la complejidad técnica en entornos multicanal, multinacionales o multiservicio. No es una solución para todos, pero sí una opción viable cuando se busca equilibrio entre escalabilidad, eficiencia operativa y alineamiento tecnológico.

Palabras finales

A lo largo de este recorrido por las distintas arquitecturas martech, hemos visto cómo la tecnología puede configurarse de maneras muy distintas según el tamaño, la madurez y las prioridades de cada organización. No existe una única forma correcta de estructurar un ecosistema tecnológico de marketing. Lo importante no es tener más herramientas, sino tener las adecuadas para cada etapa y saber extraer valor de ellas.

Elegir la arquitectura correcta no es una decisión técnica, sino estratégica. Requiere entender los objetivos del negocio, la capacidad operativa interna, la visión de crecimiento y, sobre todo, el rol que queremos que juegue el marketing dentro de la organización. Algunas compañías necesitan agilidad y sencillez, otras buscan escalabilidad y control, y algunas más priorizan eficiencia operativa o experimentación constante. Cada una de estas metas requiere una estructura distinta.

Más allá de las herramientas, lo que marca la diferencia es la claridad en los procesos, la alineación entre equipos, y la capacidad de evolucionar con sentido. Porque una buena arquitectura martech no solo conecta plataformas: conecta personas, decisiones y resultados.

Ojalá este artículo haya servido para ordenar ideas, abrir nuevas preguntas y, sobre todo, dar pasos más firmes hacia una operación de marketing más estratégica, sostenible y basada en datos. Porque en un entorno donde todo cambia tan rápido, tener una arquitectura clara, adaptable y alineada con el negocio ya no es una ventaja. Es una necesidad.

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